Presentación de Otras travesías. Cuaderno de bitácora para docentes - Laura Cilento

Es bien conocida la expresión “cuaderno de bitácora” para referirse a la suerte de “diario de viaje” que se va escribiendo cuando se emprende una travesía, originalmente náutica. Entonces: un cuaderno para anotar datos y acontecimientos, un registro, algo parecido al diario o, más actualmente, al blog (cuya traducción al castellano, que no usamos, es precisamente bitácora), pero también el lugar especial donde se lo guarda. La bitácora era un armario cilíndrico de madera que preservaba esas anotaciones de las amenazas de la intemperie, dado que el cuaderno es un registro tan vital para el navegante, que debe estar siempre a mano, en el puente de mando, en el centro de la conducción de la nave.

Resumo: una especie de texto escrito que ayuda y asiste en las tareas, de forma tal que adquiere sentido en ese “estar ahí”, como registro de y para la práctica. ¿Qué hay de esta función tan particular de un texto-acompañante y los textos que se ofrecen a los docentes, o más precisamente aquellos en los que el protagonista y el interlocutor es el docente? ¿Hay muchos textos que sean útiles para “tener ahí”, mientras se piensa una clase, mientras se arman los recorridos para que los chicos lean y escriban? Los libros de texto ya traen instalada la “escena de trabajo”: las explicaciones y las actividades que comparten tanto los que enseñan como los que aprenden, que están todos involucrados, y de golpe. Pareciera que los docentes hemos llegado un poco tarde para algunas decisiones, aunque temprano para ser “adecuadores” de la oferta en función de esos destinatarios a los que el manual interpela directamente: los chicos que serán los alumnos. Otros libros son objeto de estudio, y están en las bibliotecas, propias y ajenas. La bitácora no. Ella está donde se trabaja.
Y también nos había parecido una buena idea, cuando nos convocó Paula Labeur para presentar un proyecto al llamado nacional INFOD (2007) “Conocer para incidir sobre los aprendizajes escolares”, que la investigación no fuera concebida como simple relevamiento bibliográfico, agotado en la producción de un informe académico. Si bien ese informe era nuestro “cuaderno de bitácora” del proceso de investigación oficial, el proceso en realidad terminaba cuando se armara y se escribiera un dispositivo didáctico especialmente dedicado a docentes en actividad o docentes en formación, que es el texto que estoy tratando de presentar en estas breves líneas y que podrán ver a continuación.
También era fundamental que esa producción, Otras travesías. Cuaderno de bitácora para docentes, se gestara, como ocurrió, con el material humano-intelectual de un instituto público de formación docente: del trabajo conjunto de de quienes formamos a los alumnos del profesorado y de alumnas avanzadas del profesorado, del lugar de cruce entre trayectorias previas de investigación y de aula de las formadoras y del otro proyecto oculto en el proyecto principal: que las personas que estudian en el profesorado puedan desarrollar instancias de investigación como parte de su camino formativo. El destino de este trabajo, a su vez, es su inclusión como libro en la colección que dirige Gustavo Bombini y que precisamente se titula “Investigaciones en didáctica de la lengua y la literatura”.
Esas primeras somos: Paula Labeur, Mónica Bibbó, Valeria Sardi y quien les habla; las segundas son Johanna Ganopolsky, Valeria García (capturada luego de graduarse), Gisela Pérez Perpiñal y Guadalupe Zalazar. Todas volvimos sobre los pasos de autores y textos literarios que están activos en los ámbitos escolares, y desde esa vigencia pensamos cómo podía ofrecerse un repertorio de lecturas, actividades y proyectos que hicieran notar nuevas huellas, nuevos pasos, en los que siempre dejamos un sendero libre para que recorran los docentes que se animen a llevar el Cuaderno de bitácora bajo el brazo y con cierta tendencia a marcarlo o rescribirlo. Recorrido móvil, sin dirigismos de GPS, el texto está atento tanto a las rutas principales como a los caminos alternativos, dado que la intención es que cierto estado deliberativo del docente que analiza qué quiere enseñar, en qué situación y con qué estrategias sea, al ser escrito y leído, recuperado en el valor que tiene como momento reflexivo y creativo. Que los docentes nos leamos en todos los estadios de esa compleja tarea de enseñar ciertos trazos de la lectura y la escritura en los primeros años de la escolaridad secundaria. Que por lo tanto esté la mayor cantidad de información sobre las rutas, pero ningún recorrido prescripto.
El otro desafío eran esos viejos textos, de esos viejos conocidos que son los extranjeros William Shakespeare, Edgar A. Poe, R. L. Stevenson, Oscar Wilde, y Franz Kafka, junto con los locales Leopoldo Lugones, Horacio Quiroga y Marco Denevi. Que se notara que los que nos movemos y circulamos somos los docentes, y no necesariamente los textos, que pueden permanecer como una muralla, una torre Eiffel o un río de montaña, expectantes ante la toma de fotos, el escalamiento o, por qué no, el robo de una piedrita para hacer esculturas, o collares… Probar en esos seis capítulos que componen el libro esa extraordinaria “resistencia de los materiales”, y no tratarlos como cristal de Bohemia, cruzarlos con nuevos géneros y nuevos lenguajes (el relato deportivo, el animé, el minicuento, las instalaciones) y con otros menos mediáticos (las leyendas urbanas, la poesía, las autobiografías), pero con cierto concepto de cuál es el objeto que buscamos fabricar (y de que son objetos textuales, con peso y presencia en la pequeña comunidad de lectores y productores que buscamos formar en la escuela).
Por este motivo, tampoco nos ocupamos de inventar otra metáfora mejor que la del viaje, aunque sí procuramos escapar de la experiencia cotidiana evocando el zeppelín, transporte tan atractivo como arriesgado. Medio alternativo, el dirigible forma parte de esas excentricidades de la tecnología que no terminamos de naturalizar, como las otras travesías que nos llevan a explorar con ojos nuevos el mundo de todos los días y su relación con la literatura, el mundo de las consignas, el de nosotros/as, docentes, tan atentos a nuestros pasos como esperamos que lo estén los que nos deben seguir. Todos los presentes que tienen el boleto para viajar y se animan pueden subirse a este Cuaderno de bitácora. Espero que tengamos buenos vientos, y logremos sostener con firmeza el timón.